jueves, 26 de marzo de 2009

Historia del Cine Latinoamericano

Secuencia de Historia del Cine

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Se denomina cine latinoamericano al integrado por las producciones cinematográficas de los artistas, productores y técnicos de América Latina, (3 países aglutinaron casi toda la producción de Latinoamérica hasta 1970, el cine de país: Argentina, Brasil y México. El inicio se produjo con el Festival del Cine Latinoamericano de Pesaro en la década del 60, pero el momento clave fue el Encuentro de Cine Latinoamericano de 1967, que tuvo su motor en el chileno Aldo Francia, del Cine Club de Viña del Mar, el cubano Alfredo Guevara, del Instituto Cubano de Arte e lndustria Cinematográfico (ICAIC) y el argentino Edgardo Pallero. Fue la primera vez que se reunieron hombres y mujeres de cine de todos los países latinoamericanos.


Los países latinoamericanos fueron recibiendo al Cinematógrafo al igual que en el resto del mundo, a finales del siglo XIX, las circunstancias sociales, económicas y políticas marcaron con los años su progreso cinematográfico, en el que tanto tuvieron que ver los promotores españoles, franceses e italianos como la presencia de las películas estadounidenses en sus pantallas; pronto el mercado de cada uno de los países comenzó a estar controlado por el cine de Hollywood, esta situación no impidió que en diversas épocas floreciesen aportaciones que mostraron la singularidad de la producción latinoamericana, que se apoyaría a lo largo del tiempo y en gran medida en la coproducción entre países de habla hispana. Quizás esta situación es la que provocó que en la producción de las primeras películas habladas en español, Hollywood contratara a numerosos profesionales (Ramón Novarro, Lupe Vélez, Dolores del Río, Antonio Moreno, José Mojica, Carlos Gardel, entre otros) con el fin de que realizaran e interpretaran las versiones destinadas a dichos países. Esto no impidió que entre 1929 y 1931 se produjeran las primeras películas sonoras en México, Brasil o Argentina; en otros países, las primeras producciones sonoras locales se darán a conocer más tarde (1932-50).



Para fines de la década del 60 había aparecido realizadores latinoamericanos de importancia, como los brasileños Glauber Rocha y Nelson Pereira dos Santos, los argentinos Fernando Solanas y Leonardo Favio, los cubanos Tomás Gutiérrez-Alea y Santiago Álvarez, y los chilenos Raúl Ruíz, Miguel Littín y Lautaro Murúa. Este movimiento fue llamado "Nuevo Cine Latinoamericano". En la década del 70 la mayoría de los países latinoamericanos sufrieron la imposición de sangrientas dictaduras que virtualmente paralizaron la producción cinematográfica y obligaron a exiliarse a centenares de artistas. El Nuevo Cine Latinoamericano se diferenció notablemente del cine "nacional" de los años 1930-1960, por orientarse mucho más hacia el "cine de autor" y relativamente alejado de los mecanismos comerciales relacionados con los sistema de "farándula".

Argentina, Brasil y México, lideran la producción cinematográfica, con el ingreso de una considerable cinematografía de Cuba, Colombia, Chile, Bolivia, Perú y Venezuela.

El cine latinoamericano permanece durante gran parte de su historia sólo como la expresión aislada de cinematografías nacionales, en las que predominan los países de mayor producción; estos países son los que tienen una población suficiente para asegurar un mercado, los mayores son México, Argentina y Brasil, que en su conjunto, entre 1930 y 1996.

Durante cierto período, la producción de los países grandes es distribuida y ejerce alguna influencia en los demás, especialmente la de México, que logra una extensa audiencia popular. Pero a fines de la década del cincuenta esta influencia y la distribución de películas ha decaído hasta casi desaparecer completamente; la tendencia constante ha sido la partir de los años sesenta, salvo excepciones, el desconocimiento mutuo de las cinematografías de los países del continente.

La idea de la existencia de un cine latinoamericano toma en consideración la comunidad de idiomas (exceptuando en este aspecto al Brasil), historia, realidad socio-cultural y política y las características de la producción y los mercados. Un festival precursor de este reconocimiento fue el de Pesaro, en Italia. Son las consideraciones culturales las que impulsan la realización del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de Viña del Mar de 1967, considerado un hito importante en el posterior desarrollo del cine latinoamericano; los creadores de este festival fueron el realizador chileno Aldo Francia, presidente del Cine Club de Viña del Mar, Alfredo Guevara director del Institute Cubano del Cine y la lndustria Cinematografica (ICAIC) y el productor argentino Edgardo Pallero, se logró reunir por primera vez cineastas de Argentina, Bolivia, Brasil Colombia, Cuba, México, Perú, Uruguay, Venezuela y Chile.

Las películas que se exhibieron en este festival se caracterizaron por estar al margen de la distribución comercial provenir de productores independientes y proponerse una función cultural, artística, didáctica y política, por sobre la finalidad de entretención; por lo tanto, el festival es un importante centro teórico y de debate, en donde se plantea la importancia del cine como expresión de identidad nacional y regional; para las artes, como la literatura, la pintura, la arquitectura y la música; además de convertirse en un vehículo de denuncia de las desigualdades económicas, del atraso social y de la opresión política que sufren varios países del continente gobernados por dictaduras militares.

México
En 1920 se crean en México los estudios Camus y, ocho años más tarde, Cándida Beltrán, pionera de las realizadoras mexicanas, dirige El secreto de la abuela. Más fuerte que el deber (1930), de Rafael J. Sevilla, inaugura formalmente el cine sonoro mexicano, con técnicos que se habían formado en Hollywood.
En 1931 Eisenstein rueda su inacabada ¡Que viva México! Fernando de Fuentes realiza dos obras fundamentales llenas de madurez cinematográfica:
El compadre Mendoza (1933) y
El relato épico de la Revolución Mexicana Vámonos con Pancho Villa (1935).
Durante la década de los cuarenta es el cine mexicano el que alcanza una mayor notoriedad internacional gracias a las películas de:
Emilio Fernández "El Indio" (y la colaboración en la fotografía de Gabriel Figueroa) y la presencia de notorias estrellas como:
Dolores del Río y Pedro Armendáriz (Flor silvestre y María Candelaria, 1943), y
María Félix (Enamorada, 1946; Río escondido, 1948).
También se encuentran las obras de Fernando de Fuentes:
El compadre Mendoza, 1933;
Allá en el Rancho Grande, 1936;
Jalisco canta en Sevilla, 1948, ésta con Jorge Negrete y Carmen Sevilla -primera coproducción hispano-mexicana tras la llega al poder en España de Francisco Franco), y
Otras de Alejandro Galindo, Julio Bracho y Roberto Gavaldón.
En 1940 se consagra Mario Moreno, Cantinflas, se encargará de consolidar su popularidad nacional e internacional y arrasar en taquilla durante unos años con películas como:
Ahí está el detalle (1940), de Juan Bustillo Oro,
Las numerosas películas que dirigió Miguel M. Delgado:
El gendarme desconocido, 1941;
Sube y baja, 1958;
El padrecito, 1964
En esta década se producen películas cuya calidad sería reconocida en todo el mundo, como:
María Candelaria (1943), de Emilio Fernández;
Doña Bárbara (1943), de Fernando de Fuentes,
Distinto amanecer (1943), de Julio Bracho.
Es también la década de los grandes actores mexicanos, como:
Dolores del Río,
María Félix,
Pedro Armendáriz y
Jorge Negrete.
En 1942 se crea el Banco Cinematográfico como aval para la producción de películas, pero sólo beneficia a las productoras más fuertes como Grovas, Filmex, Films Mundiales y Posa Films (de Cantinflas).
En 1944 se fundan los estudios Churubusco, de donde saldrá la abundante producción mexicana de películas de todos los géneros que invadirá el resto de países latinoamericanos. Juan Orol cultivó un peculiar cine negro mexicano con películas como Misterios del hampa (1944).
En 1950 se producen 122 películas, el año más fructífero. Aquel año Luis Buñuel realiza su obra maestra mexicana Los olvidados, premiada en el Festival de Cannes, sobre los jóvenes marginados de las grandes ciudades.
Desde la Dirección General de Cinematografía se da impulso a producciones como:
Tarahumara (1964), de Luis Alcoriza, que es un nuevo acercamiento a los indígenas marginados.
La actriz mexicana Silvia Pinal protagoniza Viridiana (1961), otra obra maestra de Luis Buñuel, rodada en España.
El cine mexicano aborda la historia del país desde nuevos enfoques con películas como:
Emiliano Zapata (1970), de Felipe Cazals,
Reed, México insurgente (1972), de Paul Leduc.
El cine mexicano también emprende búsquedas en el lenguaje cinematográfico con:
La hora de los niños (1969), de Arturo Ripstein.
Cuando todo apunta a un renacimiento del cine mexicano, al reanudarse además la entrega de los premios Ariel, en la década siguiente la crisis de esa cinematografía se hace evidente.
En 1983 los estudios Churubusco son alquilados para películas extranjeras. Aunque directores como: Arturo Ripstein, Felipe Cazals, Paul Leduc y otros continúan realizando producciones independientes en la década de 1990, no se ven signos claros de fortalecimiento del cine mexicano como industria capaz de competir con otras cinematografías.


El cine argentino
En Argentina, el otro país latinoamericano con tradición cinematográfica, el panorama es similar.
Su industria se remonta a 1915, año en que se realizó Nobleza gaucha, de Humberto Cairo, el mayor éxito del cine mudo argentino.
En 1917 debuta en el cine Carlos Gardel con Flor de durazno.
En la década de 1930 se construyen los estudios Liminton y Argentina Sono Film. Proliferan las películas con temas de tango, como Los muchachos de antes no usaban gomina, de Manuel Romero, que ganan el mercado latinoamericano. En 1942 se alcanza la mayor producción de películas, con un total de 57 títulos, entre ellos La guerra gaucha, de Lucas Demare, en estos años se hace evidente el boicoteo de Estados Unidos con la escasez de película virgen. La industria argentina del cine pierde el mercado latinoamericano en beneficio de las producciones mexicanas, aunque el gobierno promulga un decreto de exhibición obligatoria de películas nacionales, la crisis continúa y se agrava con las guerras intestinas entre las principales productoras.
A finales de la década de 1940 se cierran varios estudios, a partir de entonces, el cine argentino recibe subvenciones, pero la pérdida de los mercados exteriores pesa demasiado.
El cine argentino se sostiene con dificultad sobre las películas de:
Luis Cesar Amadori (Santa Cándida, 1945),
Hugo Fregonese (Donde las palabras mueren, 1946), y actrices como Libertad Lamarque.
No podemos olvidar la extensa filmografía de:
Leopoldo Torres Ríos:
Adiós Buenos Aires, 1937; 1942;
El crimen de Oribe, 1950;
Y la aportación de su hijo Leopoldo Torre-Nilsson:
La casa del ángel, 1956;
Los siete locos, 1973).
También circula por ciertos circuitos el trabajo de Fernando Birri (Los inundados, 1961).
En 1950 se construyen los estudios Alex, pero para entonces muchas productoras habían quebrado.
En 1955 fue invitado Emilio Fernández, el gran director mexicano, para realizar La Tierra del Fuego se apaga.
En los años sesenta apareció lo que se llamó nuevo cine argentino, con películas como:
Alias Gardelito (1961), de Lautaro Murúa.
El gran cineasta argentino Torre Nilsson realiza una nueva versión de Martín Fierro en 1968.
En la década de 1970 hay un leve repunte de la industria argentina del cine encarnada por producciones independientes y con temáticas distintas a las tradicionales de tangos y gauchos, como:
La fidelidad (1970), de Juan José Jusid, con el actor Héctor Alterio, que después ha trabajado en el cine español;
La Patagonia rebelde (1974), de Héctor Olivera;
La Raulito (1975), de Lautaro Murúa;
La parte del león (1978), de Adolfo Aristarain, que dirigiría también
Tiempo de revancha (1981), de Adolfo Aristarain, con el actor Federico Luppi;
Momentos (1980), de María Luisa Bemberg, y
El arreglo (1983), de Fernando Ayala.
No habrá más penas ni olvido (1983),
Hombre mirando al sudeste, 1986, Eliseo Subiela
Después de un periodo de cierto estancamiento, en los últimos años el cine argentino ha experimentado un renacer con autores como Eliseo Subiela (No te mueras sin decirme a dónde vas, 1995).
Fabián Bielinsky (Nueve reinas, 2001) y Juan José Campanella (El hijo de la novia, 2001) los que proyecten la creación argentina hacia el exterior.

El Cine Brasileño
El cine brasileño tiene un punto de partida singular en Límite (1929), de Mário Peixoto, sugerente y marcada por las vanguardias europeas de los veinte. Pero también cuenta con la importante película:
Ganga bruta (1933), de Humberto Mauro, y
O Cangaçeiro (1953), de Lima Barreto, referentes ineludible para los jóvenes de los sesenta, que tendrán en Glauber Rocha al máximo exponente internacional.
Durante varias décadas será Nelson Pereira dos Santos quien dirija algunos de las historias socialmente más interesantes (Río, quarenta graus, 1955; Vidas secas, 1963).


La Revolución Cubana
La Revolución Cubana definió la trayectoria de diversas cinematografías latinoamericanas. En su país destacaron, además de un extenso elenco de documentalistas:
Tomás Gutiérrez Alea (Memorias del subdesarrollo, 1968; Fresa y chocolate, 1993),
Humberto Solás (Lucía, 1968; Cecilia, 1981) y
Manuel Octavio Gómez (La primera carga al machete, 1969).

El cine chileno
En el cine chileno sorprendieron las películas de Raúl Ruiz (Tres tristes tigres, 1968), realizará la mayor parte de su obra en Europa, de Miguel Litín (El chacal de Nahueltoro, 1969; Actas de Marusia, 1976) y Helvio Soto (Voto más fusil, 1971).


El cine peruano
El cine peruano tiene en Francisco Lombardi su máximo representante desde 1977, con películas polémicas como:
Muerte al amanecer (1977) y
Muerte de un magnate (1980), por basarse en hechos reales, varias adaptaciones literarias de desigual acierto (La ciudad y los perros, 1985) además de dirigir proyector internacionales como No se lo digas a nadie (1998).


El cine venezolano
El cine venezolano está representado por:
Roman Chalbaud con:
El pez que fuma (1977) y
La oveja negra (1987).
Evolución del Cine en Venezuela. Orden Cronológico
1896 – Primera proyección. El 11 de Julio de 1896 se presenta por primera vez en Maracaibo el Vitascopio de Edison, posteriormente en Caracas, Valencia y Barquisimeto.
1897 – Primeras vistas venezolanas. El 28 de Enero en el Teatro Baralt de Maracaibo se estrenan los cuadros. Un célebere especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa y muchachas bañándose en la laguna de Maracaibo, primeros registros cinematográficos realizados en suelo venezolano.
1907 – Ese año comienzan a aparecer pequeños reportajes cinematográficos, que se sucederán ininterrumpidamente hasta la regularización de noticieros nacionales a comienzos de los años 30.
1916 – Primera película de larga ficción. Se realiza en Caracas La Dama de las Cayenas de Enrique Zimmermann.
1918 – Se rueda Don Leandro, el inefable, de Lucas Manzano, escrita por Rafael Otazo.
1924 – Se estrena La Trepadora, adaptación al cine de la novela de Rómulo Gallegos.
1925 – Primera Gran sala de Cine. Se inaugura el Cine Ayacucho, diseñado por Alejandro Chataing, con capacidad para más de 1.300 localidades.
1927 – Se crean los Laboratorios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas, primer establecimiento moderno y completamente equipado para la producción cinematográfica.
1928 – Amábilis Cordero funda los Estudios Cinematográficos Lara, en Barquisimeto, e inicia la producción del mediometraje Los milagros de la Divina Pastora.
1930 – Primera proyección sonora. El 3 de Julio, en Maracaibo, se proyecta con un equipo Western Eletric El Cuerpo del Delito, una de las primeras producciones sonoras en doble versión español – inglés de la Paramount.
1932 – Primer filme con sonido incorporado: La Venus de Nácar, ficción musicalizada, realizada en los Laboratorios Nacionales.
1938 – Primer filme con sonido sincrónico: Taboga, un cortometraje con diálogos y musicalización.
Rómulo Gallegos funda Estudios Avila, empresa que absorbe los recursos de los Laboratorios Nacionales.
Primera película sonora de largometraje rodada en Venezuela, El rompimiento de A.M. Delgado Gómez.
Se inicia el auge del cine mexicano en Venezuela con la exitosa proyección en el país de Allá en el Rancho Grande, de Fernando de Fuentes.
1941 – Se realiza Juan de la Calle, uno de los primeros intentos de cine social, con guión y producción de Rómulo Gallegos, bajo la dirección de Rafael Rivero.
1943 – Por iniciativa de Luis Guillermo Villegas Blanco se constituye formalmente la empresa Bolívar Films y se crea la Asociación Venezolana de Exhibidores Cinematográficos.
1945 – Se realiza Alma Llanera, de Manuel Pelufo, Las Aventuras de Frijolito y Robustiana, de José María Galofré y Dos Hombres en la Tormenta, de Rafael Rivero, intentos significativos de crear una dramaturgia de perfil netamente nacional.
1949 – Bolívar Films se lanza a producir largometrajes dentro de un esquema industrial, contratando actores, directores y técnicos mexicanos y argentinos. Se inicia el rodaje de El Demonio es un Angel y La Balandra Isabel llegó esta Tarde, de Carlos Hugo Christensen.
1950 – Se estrena La Escalinata, de Cesar Enrique, primer ejemplo de cine de autor venezolano.
1951 – Primer premio internacional a la cinematografía nacional. La Balandra Isabel llegó esta Tarde obtiene el premio a la Mejor Fotografía en Cannes.
Se crea el Círculo de Cronistas Cinematográficos de Caracas (CCCC).
1952 – Aparece la revista Venezuela – Cine. Manuel Socorro, al filmar el programa inaugural de la Televisora Nacional, se convierte en el primer camarógrafo de la televisión venezolana, funda Tiuna Films y producirá noticieros televisivos hasta la introducción del sistema VTR hacia 1964.
1956 – Se crea la Cámara de la Industria Cinematográfica.
1957 – Román Chalbaud comienza a rodar su primer filme. Caín Adolescente.
1958 – Margot benacerraf rueda su filme Araya.
1959 – Se abre el Teatro Altamira, con un aforo de 1.600 butacas, la sala de más grande inaugurada en la ciudad capital.
Araya obtiene el premio de la crítica internacional en el XIII Festival de Cannes.
1962 – Se filma La Paga de Ciro Durán, filme excepcional que aborda la temática rural desde un punto de vista político.
1965 – Jesús Enrique Guédez rueda La Ciudad que nos ve, documental ficcionado que inicia un movimiento documentalista de compromiso social.
1966 – Con la proyección de Barbarroja, de Akira Kurosawa, se inaugura la Cinemateca Nacional como dependencia del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes.
1968 – Se presenta al público Imagen Caracas, espectáculo multimedia concebido alrededor del cine como propuesta de integración de las artes.
1971 – Comienza a funcionar la Dirección de Cine del Ministerio de Fomento.
1973 – Cuando Quiero Llorar no Lloro, de Mauricio Walerstein, basado en la novela de Miguel Otero Silva. Consigue un éxito de taquilla sin precedentes para una película venezolana y da inicio a los nuevos lenguajes y temáticas que abrirán las puertas al llamado boom del cine nacional.
1974 – Se constituye la Federación Venezolana de Centros de Cultura Cinematográfica (Fevec)
1975 – Por primera vez el Estado venezolano a través del convenio entre Corpoturismo y Corpoindustria, financia el cine otorgando cinco millones de bolívares para la realización de nueve largometrajes. Compañero Augusto, Los Muertos si salen, Fiebre, Soy un Delincuente, Sagrado y Obsceno, Canción Mansa para un Pueblo Bravo, La Ruta del Triunfo, 300.000 Héroes, la Invasión.
1976 – Se estrena Soy un Delincuente, convirtiéndose muy pronto en le filme más taquillero en la historia del cine venezolano.
1977 – Se crea la Asociación Venezolana de Críticos Cinematográficos.
El Pez que Fuma, de Román Chalbaud, se convierte en la película más taquillera del año y en una de las grandes obras de este autor que, junto a Soy un Delincuente y Cuando Quiero Llorar no Lloro caracterizan al cine nacional del período.
1978 – Por primera vez, se estrenan 16 títulos venezolanos en un solo año. El Domador de Joaquín Cortés obtiene premio en el Festival de Lille, Francia; Yo Hablo a Caracas, de Carlos Azpurua, en el Festival de Leipzing y en el festival de Huelva; La Empresa perdona un momento de locura, de Walerstein, en la Semana del Cine Iberoamericano.
1981 – El 19 de Octubre, el presidente Luis Herrera Campíns firma el documento de creación del Fondo de Fomento Cinematográfico (Foncine)
1983 – Foncine asigna 29 millones de bolívares para la realización de los filmes: Adiós Miami; Cóctel de Camarones; Cubagua; Diles que no me maten; Doctor Bebé; Tiznao; Reinaldo Solar; La graduación de un delincuente; La muerte insiste; La casa de agua; La Gata borracha; Orinoco, Nuevo Mundo; Retén de Catia; Relatos de Tierra seca; El Iluminado; Oriana; Profesión Vivir.
1984 – Homicidio Culposo, de Cesar Bolívar, se convierte en el filme venezolano más visto en salas de cine con un total de espectadores que alcanzó la cifra de 1.335.085.
1987 – Macu, la mujer del policía, de Solveig Hoogesteijn, establece un nuevo récord de taquilla al recaudar 19.189.350 bolívares en todo el territorio nacional.
1989 – Caracas sede del Foro Iberoamericano de Integración Cinematográfica.
1990 – Por decreto presidencial es creada la Fundación Cinemateca Nacional.
1991- Por primera vez se incluye el Premio Nacional de Cine entre los Premios Nacionales de Cultura, siendo el ganador el cineasta Román Chalbaud.
1993 – Aprobada la Ley de Cinematografía Nacional
1994 – Se crea el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía.
1995 – Se filma Mecánicas Celestes, de Fina Torres y Desnudo con naranjas de Luis Alberto Lamata.
1996 – Se producen los filmes Tokyo Paraguaipoa de Leonardo Henriquez y Una Vida y dos Mandados de Alberto Arvelo.
1997 – Se estrenan Salserín, La Primera vez de Luis Alberto Lamata y Pandemónium de Román Chalbaud.
Películas de mayor importancia en Venezuela. XV Festival
Mecánicas Celestes. Venezuela 1994. 85 minutos. Directora: Fina Torres.
Santera. Venezuela 1996. 97 minutos. Directora Solveig Hoogesteijn.
El escándalo. Venezuela 1987. 105 minutos. Director: Carlos Oteyza.
El Bosque Silencioso. Venezuela 1996. 22 minutos. Director: Carlos Azpurúa.
El Territorio Extranjero. Venezuela 1993. 78 minutos. Director: Jacobo Penzo.
Congo Mirador. Venezuela 1995. 24 minutos. Director Jacobo Penzo
Cuchillos de Fuego. Venezuela 1990. 100 minutos. Director Román Chalbaud. Con Miguel Angel Landa.
Macu la mujer del Policía. Venezuela 1987. 92 minutos. Directora: Solveig Hoogesteijn. Con Daniel Alvarado
Calle 22. Venezuela 1994. 21 minutos. Directora: Mariana Randón.
El sueño de los Hombres. Venezuela 1986. 10 minutos. Director: Armando Arce.
Amazonas, el negocio del mundo. Venezuela 1986. 65 minutos. Director: Carlos Azpurua.
Anacleto Morones. Venezuela 1994. 30 minutos. Directora: Esther Duran.
El camino de las Hormigas. Venezuela 1993. 58 minutos. Director: Rafael Marziano.
El misterio de los ojos escarlata. Venezuela 1993. 78 minutos. Director: Alfredo J. Anzola.
! América latina Presente!
Berlin,Walter Trujillo M. y Sabrina Mendoza V.- Uno de los patrimonios actuales en el continente Americano, "el cine nuevo latinoamericano ". Año tras año las películas y documentales made in Latinoamérica encuentran asidero en Berlín y en los festivales de Norte América, Europa, Asia. América latina contribuye con Directores innovadores y talentosos como:Sebastián Cordero de Ecuador "Crónicas", Guillermo del Toro "Blade 2" , Alfonso Cuarón "Harry Potter 3" o Alejandro Iñárritu (Amores Perros, Babel), Robert Rodríguez " Sin City"., Jaime Osorio Gómez (María, llena eres de gracia' y 'La virgen de los sicarios'). Actores como: Gael Garcia Bernar, Salma Hayek, Jennifer López, John Leguizamo, etc.

El cine boliviano
El cine boliviano por Jorge Sanjinés con El coraje del pueblo (1971)


El cine colombiano
El cine colombiano por Sergio Cabrera con películas como Técnicas de duelo (1988) y La estrategia del caracol (1994) y Víctor Gaviria con La vendedora de rosas (1998).